En el mundo actual vemos mucha gente principalmente joven, desorientada, sin saber que hacer, hacia donde ir. A una edad donde la creatividad y entusiasmo deberían estar a flor de piel resulta extraño....
La falta de metas y objetivos, de tener un propósito donde enfocar nuestra energía produce desorientación, sensación de no saber muy bien que rumbo tomar y predispuesto a extraviarme por la multiplicidad de caminos y opciones.
La diversidad de estímulos e información tiene ventajas y desventajas: mucho para elegir y opciones de acuerdo a habilidades, gustos e intereses. A la vez ese mismo exceso no facilita decidir aquellas que se acerquen a mi perfil y necesidades y estar así más libre de influencias externas.
No debemos olvidar que permanentemente estamos siendo moldeados por una cultura que intenta masificar, vender a cualquier costo. Las producciones a grandes escalas, pensadas para cubrir un alto porcentaje de seguidores a veces disfrazados de grupos minoritarios moldean delimitando nuestra decisión que en realidad no es tan nuestra sino condicionada por infinidad de mensajes que nos gobiernan casi sin darnos cuenta.
Siendo conscientes de este modo actual de funcionamiento si bien no estamos excentos totalmente, podemos intentar estar más atentos sabiendo en el campo en el que nos movemos para poder discernir con mayor claridad y tomar decisiones acertadas para nuestra vida y nuestros logros.
Tenemos muchas dependencias, la aceptación de los demás es una de ellas. Determinados resultados servirán para darnos cuenta que la opción elegida sea correcta y de las posibilidades concretas a las que acceder para cumplir con los objetivos marcados.
Al conocer las variables éstas no deberían influir de forma que me hagan desistir a cambio de analizar la situación y como un artesano hacer ajustes para lograrlo.
Diferenciar lo real, lo posible y lo ideal puede resultarte de guia y un interesante ejercicio.
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