Tenemos fuerza cuando hay amor y hay paz.
Limpiar nuestros pensamientos viene del verdadero amor.
Amor hacia sí mismo, hacia el universo, hacia la Fuente.
Tenemos que cambiar y lo sabemos, lo sentimos en nuestro interior, aunque nuestro ego luche y se enfurezca creyéndose en la verdad.
El mundo tiene que cambiar. Pero para que cambie tenemos que hacerlo primero nosotros.
Volvernos sin miedo venciendo nuestras debilidades.
Vemos lo que pasa en el mundo pero me sostengo seguro en mi guia, mi sostén como pueden ser los valores o mis principios humanos y universales.
Hacer esfuerzo con amor y dignidad.
Y si me equivoco o cometo un error, necesito perdonarme y pedir perdon a quien les afecté con mis pensamientos o actitudes. Por que lo mío afecta al otro, al mundo, nos afecta a todos.
Y en todo caso pedirle perdón a Dios con un corazón honesto y transformarlo.
Realización implica al ojo que se abre y me doy cuenta que es lo que tengo que cambiar. Entonces así podré transformarme sabiendo lo que necesito hacer conociendo mi responsabilidad y mis derechos.
La meditación es buena para la mente, para la paz y para el amor.
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