¿Expresar nuestra ira para sentirnos mejor?

Nos sugieren que digamos o hagamos cosas para eliminar la cólera que sentimos,
como golpear algo o dar un portazo con todas nuestras fuerzas.
¿Es verdaderamente posible sentirnos mejor a largo plazo?
A lo mejor ya lo has experimentado y conoces el resultado.
Se cree que es el método para eliminar la energía de la ira que hay en nosotros,
lo llaman desahogarse.
La ira es una energía que te hace sufrir profundamente.
Cuando  la ira surge,
quieres abrir la puerta para que salga.
Con el método del desahogo sólo te sientes mejor temporalmente.
La ira necesita energía para manifestarse.
Cuando intentas descargarla golpeando,
al cabo de poco tiempo estarás agotado.
No te quedará energía para alimentar la ira que sientes
y pensarás que ha desaparecido,
pero lo que ocurre es que estás demasiado cansado para estar enfadado.
No la habrás eliminado.
La ira que sientes surge de tu interior.
Las raíces de la ira se arraigan en lo que ignoras
en tus percepciones erróneas,
en tus miedos e inseguridades,
en tus intentos de control,
en tu falta de comprensión y compasión.
Cuando das rienda suelta solo a su expresión
estás abriendo la energía que alimenta la ira en ti
sus raíces se mantienen
y al expresarlo de ese modo, la fortaleces.
Es ilusorio porque mantienes el sufrimiento.
Es el peligro que comporta el desahogarse.
Numerosas investigaciones nos muestran
que estos métodos no son tan eficaces como parecen.
Porque en vez de disminuir la ira que sientes,
la  puedes estar fortaleciendo.
Y si lo haces a diario, la semilla de la ira que hay en ti
crecerá  y no desaparecerá.
Reconocer su presencia y cuidar de ella puede ser un método
más efectivo a largo plazo.
Como cuidarla?
En psicoterapia se llama "entrar en contacto con la ira"
en vez de reprimirla, reconocerla y abrazarla.
Debes ser capaz  de generar otra clase de energía
que te ayude a su reconocimiento y a cuidar de ella.
Es la energía de ser consciente.
La práctica de estar atento y  ser consciente
cada vez que nos enojamos,
implica respirar y caminar conscientemente
para sentir la semilla de la ira y su naturaleza.
Generar una nueva energía: 
la práctica de ser conscientes de la ira.
La ira está en ti, debes de cuidar
y en el momento  en que eres consciente, estarás a salvo,
ya le puedes sonreír, no es tu amenaza,
y estarás protegido.
A través de la práctica de la madre que hay en ti
 la aprenderás a cuidar cada vez mejor
y al entrar en contacto con ella, sin temerle
podrás reconocer su  verdadera naturaleza.
Así poco a poco dejarás de regar esa semilla
y empezarás a nutrir la semilla del amor y del cuidado
 y  se restablecerá la paz que hay en ti.
Recuerda, todos merecemos la paz, la felicidad.
Descubre una nueva manera de vivir
que produzca armonía en tu interior.
Tienes que firmar un tratado de paz contigo mismo.
Cuando lo hagas,
seguramente la semilla de la ira ya se encuentre sin raíces.